Una noche de tormenta
¿Alguna vez has escuchado en el silencio de la noche, lo que susurra el viento?
Habla de historias pasadas, de heridas abiertas, de amantes y amadas, de amores prohibidos, de risas y lágrimas. Te cuenta lo que no sabes, se lleva dudas y esperanzas. Trae buenas noticias y arrastra malos presagios.
La otra noche, estando acostada, oí el viento golpear insistente en mi ventana. El cuarto se iluminaba de vez en cuando por el resplandor de los rayos que cada vez mas se acercaban. A lo lejos se oía el romper de los truenos... ¡booommmm!
Era como si el cielo se quebrase y herido por los rayos se encogiese y dejase brotar, primero lentamente, luego con mas fuerza, miles de gotas llenas de angustia.
Me levanté. Una luz cegadora me mostró el camino. Empecé a caminar y me dejé guiar en el ruidoso silencio. El viento enfurecido arrastraba uno tras otro, nubarrones negros, repletos de gotas con ganas de protagonismo.
Desde mi ventana vi algo espectacular. La furia desatada de la naturaleza, desbordada y enfurecida y escuché decir al viento los mas diversos cotilleos.
Mire a través de los cristales como se rompían las gotas al chocar en mi ventana. Sentí toda esa fuerza desatada. Contemplé absorta, como se iban formando inmensos regueros a ambos lados de la carretera, mientras observaba como esas gotas se negaban a morir contra el asfalto y navegaban por improvisados ríos en busca de alguna salida que les ayudase a encontrar el principio de su ciclo. Ví a los árboles bailar al compás del viento, y escuché todos y cada uno de los sonidos; respiré todos y cada uno de los aromas que dejó la tormenta.
Cada sonido es un recuerdo y un repaso a la vivencia. Te ríes, lloras, añoras y viajas en el tiempo a través de tu memoria.... y exploras cada rincón, cada palabra dicha... y respiras con fuerza, tratas de llenar tus pulmones con cada sensación, con cada sentido que ha sido despertado por un ligero olor o recuerdo. Sientes un vacío tan grande que te atraviesa el pecho, una felicidad tan inmensa que se te escapa entre los dedos. Notas el pulso acelerado al compás de la tormenta y como ella, cuando se calma, sientes una paz que te relaja, y al igual que a los lados de la carretera el agua empieza a discurrir con lentitud, la sangre fluye por tus venas con mas serenidad, lentamente.... oyes el sonido ya acompasado de tu corazón... tic, tac, tic, tac...
Habla de historias pasadas, de heridas abiertas, de amantes y amadas, de amores prohibidos, de risas y lágrimas. Te cuenta lo que no sabes, se lleva dudas y esperanzas. Trae buenas noticias y arrastra malos presagios.
La otra noche, estando acostada, oí el viento golpear insistente en mi ventana. El cuarto se iluminaba de vez en cuando por el resplandor de los rayos que cada vez mas se acercaban. A lo lejos se oía el romper de los truenos... ¡booommmm!
Era como si el cielo se quebrase y herido por los rayos se encogiese y dejase brotar, primero lentamente, luego con mas fuerza, miles de gotas llenas de angustia.
Me levanté. Una luz cegadora me mostró el camino. Empecé a caminar y me dejé guiar en el ruidoso silencio. El viento enfurecido arrastraba uno tras otro, nubarrones negros, repletos de gotas con ganas de protagonismo.
Desde mi ventana vi algo espectacular. La furia desatada de la naturaleza, desbordada y enfurecida y escuché decir al viento los mas diversos cotilleos.
Mire a través de los cristales como se rompían las gotas al chocar en mi ventana. Sentí toda esa fuerza desatada. Contemplé absorta, como se iban formando inmensos regueros a ambos lados de la carretera, mientras observaba como esas gotas se negaban a morir contra el asfalto y navegaban por improvisados ríos en busca de alguna salida que les ayudase a encontrar el principio de su ciclo. Ví a los árboles bailar al compás del viento, y escuché todos y cada uno de los sonidos; respiré todos y cada uno de los aromas que dejó la tormenta.
Cada sonido es un recuerdo y un repaso a la vivencia. Te ríes, lloras, añoras y viajas en el tiempo a través de tu memoria.... y exploras cada rincón, cada palabra dicha... y respiras con fuerza, tratas de llenar tus pulmones con cada sensación, con cada sentido que ha sido despertado por un ligero olor o recuerdo. Sientes un vacío tan grande que te atraviesa el pecho, una felicidad tan inmensa que se te escapa entre los dedos. Notas el pulso acelerado al compás de la tormenta y como ella, cuando se calma, sientes una paz que te relaja, y al igual que a los lados de la carretera el agua empieza a discurrir con lentitud, la sangre fluye por tus venas con mas serenidad, lentamente.... oyes el sonido ya acompasado de tu corazón... tic, tac, tic, tac...
La tormenta ha pasado. Una suave llovizna queda en su lugar y sientes la necesidad de dejarte acariciar por ella, de sentir la humedad que deja en tu cuerpo, después de limpiar el alma...
Comentarios
Genial.
Gracias por tu mensaje en mi blog.
Un Abrazo!!
Es la duermevela que me regenera, y cuando pasa la tormenta mi sistema neurológico, me invita a soñar de nuevo.
Tu prosa es amena.
Los chasquidos de la naturaleza
son los chasquidos del amor.
La tormenta, tan irreverente como el sexo, tan sublime, tan libre expresión de libertad.
Conozco las fragancias de las lluvias, conozco el olor del amor.
Conozco la rebeldía de la naturaleza,conozco la calma en el amor.
Después de los truenos, los rayos la lluvia torrencial.... todo muere
las fragancias queman tu alma, te llenan de vigor, la calma retorna a su caudal....muere la naturaleza para emerger de la tierra, limpia y renovada.......
narrado con las palabras del viento.
En una tormenta, me quedo con la fragancia del ozono, la libertad de la lluvia, el estruendo de la explosión.
Un rayo tímido y acogedor.
"¿Alguna vez has escuchado en el silencio de la noche, lo que susurra el viento?"
Contestando tu pregunta, si cada noche cuando cuando el sol se oculta y el mar me lo trae en custodia.
Cariños
Alexis Coald
devuelvo tu visita y emparejo el decubrimiento
salud y mas que suerte
Besito simplementespecial
A hamahiru: ¡jo! Qué cositas más lindas me decis, gracias...
A nadine: tú acabas de alegrarme la noche, merci.
A ignacio: me alegra ver que sabes de qué hablo...
Un besito intempestivo
A Kitarosem: una buena observación! Entiendo tu punto y de algún modo lo comparto.
Gracias por el "punto"
A mikel: yo también me quedo con los aromas...
Besos enformadenido
A alexis: afortunado tú que puedes disfrutar de tanta belleza, he sentido "envidia", pues he recordado una tormenta que me despertó a las cuatro de la mañana y la seguí hasta el mar...
Besitos nostálgicos
A silencio: la naturaleza es vida, la vida es magia...
Besitos satisfechosporelsusurro
A sharanda: el encantamiento es mutuo, un besitoencantado
A fuego negro: espero que el viaje haya sido satisfactorio. Gracias por tus deseos, son bienvenidos.
Besito de bienvenida
Cariños
Alexis Coald