Una madre y su hijo están en la playa. El niño le dice: - Mamá, ¿puedo jugar con la arena? - No, cariño. No quiero que te ensucies la ropa. - Entonces, ¿puedo bañarme? -No, que te puedes resfriar. -Pues me voy a jugar con esos niños, ¿puedo? -Nooooo... -¿Por qué? -Porque te puedes perder. -Mamá, pues cómprame un helado... -No, que está muy frío y te puede hacer daño en la garganta. El muchachito se pone a llorar desconsoladamente y su madre exclama: -¡¡Dios mío, qué hijo tan neurótico tengo!!