¿Es posible atrapar una nube?
-¿Te traemos un café?
-Como queráis.
-¿Sólo o con leche?
-Como queráis...
La tarde es tan fría que invita a un café bien caliente. Pero el reloj dice que ¡No! Es hora de los vinos. Los cafés quedan relegados a un segundo plano. Pero insistimos: ¡Por favor, un cafelito para llevar! La respuesta no deja dudas ni puertas abiertas a la esperanza. No tienen vasos de plástico.
Volvemos sobre nuestros pasos y allí está Daniel. Nos espera, o tal vez no, tan sólo está allí. Sonríe ante nuestra odisea particular por un café y se pronuncia “Tomemos pues un vino”. Se incorpora y despierta a su fiel amigo que dormita a sus pies. Le deja a cargo del “negocio” mientras él está fuera, o dentro... ¿qué más da? mientras él no está.
El café deja de ser café y se convierte en un bar de tapas. Las pastas han sido retiradas y han dado paso a rebanadas de pan con tomate y jamón. El vino es el protagonista de la tarde y como buen anfitrión, se muestra gentil en tres grandes copas.
Voces demasiado altas obligan a nuestros oídos a prestar la máxima atención. La experiencia habla. La curiosidad está atenta. Nuestra mesa se eleva entre las demás e irradia una luz especial. Es presa del arte. La luz de la poesía brota entre sucios dedos y limpio corazón:
“De donde
estuve
y fue,
no seria
mi mente capaz
de desgramar
la fantasía
para suplantar
a la verdad
de una noche
un invierno
y un sitio
Padre de todos
los colores...”
Daniel García
Intento escuchar su voz entre el gentío mientras narra el poema que me acaba de regalar. Le miro. Él está entre las palabras tan bien hilvanadas y no hace caso al cigarrillo que apunto está de quemarle los dedos. De cuando en cuando, lo acerca a sus labios agrietados y aspira una sutil bocanada que al instante sale por su nariz y se esconde, como su rostro, entre su barba. Lo apura hasta el final. Como la vida que le ha tocado o que ha elegido... como la vida misma.
Salimos al frío de la noche y Daniel vuelve a su “puesto”. Coloca su mochila en el suelo para aislar del frío a su fiel amigo, que agitando el rabo, ya se acerca a él. Luego se acuclilla, deja el bote cerca de sus pies y desde esa posición, nos dice adiós.
Estamos en la zona alta de la ciudad, el casco antiguo. Irónicamente, Daniel ha elegido “La calle del reloj” . A un lado, un convento de clausura, al otro la antigua cárcel...
He recordado algo que leí en una ocasión. Los nuevos mendigos saben de marketing. Ponerse un cartel que diga: “es para vino, por lo menos somos sinceros” causa risa ,y la gente deja caer la moneda. Tengo que decírselo a Daniel, quizás es más emotivo y sensible que regalar poemas...
Comentarios
la libertad tiene precio, y el que pagan algunos es conocer la verdad de una noche de invierno, cada uno escoge su precio... y no hay duda que vale la pena, pues no pagaríamos por algo que no queremos.
Me pregunto cual será el precio de la mía, ¿tendré el valor para pagarlo?
À.
Amor!
¿Me llevas a Chile? Jo.
;-)
Beso.
Un beso con aroma a café.
En cuanto al precio de tu libertad, nadie más que tú puede llegar a saberlo. Merece la pena, ya conoces el riesgo...
Un besito
A amor: siempre hay tiempo para todo; tiempo para el café corto y tiempo para el vino largo...
Creo que no entrarías en mi maleta ;-)
Pero ¿sabes? igual antes de que salga mi avión, hay tiempo para ese vino.
Abrazo
A ignacio: comparto tu opinión y daniel creo que también ;-)
Un saludo muy cariñoso
A atilum: esa impaciencia... hace volar tu imaginación y te saca del texto :)
No he dicho quién pagó los vinos, ni siquiera he dicho cómo le va...
Eres tremendo atilum, tremendo...
Mmmm.. (me ha encantado tu beso)
Las gotitas de agua me decían ayer que es impresionante ver la manera diferente que tenemos cada uno de transmitir una misma historia vivida, por comparación de los detalles con los que ella se quedó y con los que tu guardaste dentro de ti sobre vuestro amigo compartido.
Espero que la historia continúe y que tenga un final...
Bonito.
Como se merece.
Beso de todos los colores
Bueno preciosa... cinco días...
A silencio: todo tiene cabida, pero cada cosa cuando toca.
Un besito silencioso
A mar: hola preciosa :)
Te digo lo mismo que le he dicho a nuestra aprendiza. Así funcionamos. Pero me has hecho reflexionar y has despertado mi dormida curiosidad. ¿Cómo lo has vivido tú? ¿Cómo Daniel?
Cuéntanos qué te llegó a ti de aquella fría tarde.
Pasaré a ver a "nuestro amigo" y le pediré que nos regale su punto, su verdad de una noche de invierno.
Y como una ola, nos dejamos envolver en un cálido e intenso abrazo...
PD: me ha sorprendido gratamente tu participación, mil gracias ;-)
A soleil: gracias por la brisa marina "que sube y que baja del fondo del mar, respirar..."
:)
A nihilista: "tristeza por lo que fui, nostalgia por lo que aún no he sido"
Me alegra verte, un abrazo :)
No preguntes, ni te preguntes, todo se resolverá, quizás no, pero qué mas da... No creo que me conozcas, ni yo a tí, pero eso no mata al deseo de fantasear...
Besos, fantasía
Besito
A nihilista: no hay nada que entender, simplemente compartí un pensamiento que se me pasó al leer tu comentario sobre la nostalgia.
No te deprimas y menos, por tan poca cosa :)
Besito antidepresivo
Este escrito toca el alma,muchas gracias po el regalo.
Quedan pocos dias para que estes en mi pais, te mande un e-mail
Un abrazo feliz fin de semana
Besitos argentinos
Levantarme temprano no puedo, pero gracias a mi fiel amigo CAFÉ me puedo quedar hasta la hora que quiera.
Aunque una profesora española que tengo dice que el café de acá es ESPANTOSO, al menos ayuda en su función y no me deja cerrar los ojos...
Estamos en contacto...
Un besito
A soleil: gracias guapa, así está siendo, un finde muy tranquilo.
Otro besito
A emma: yo soy capaz de quedarme hasta el amanecer de fiesta, pero ¿estudiando? ¡ya me gustaría tener esa fuerza de voluntad!
Seguro que tu "profe" está en lo cierto. Nos llega a nosotros mejor café, (me llevaré un par de paquetes por si acaso y si te quieres acercar a chile, lo tomamos juntas :)
A orquídea: pues bienvenida y que disfrutes de las lecturas (y del café con leche :)