¿Qué hago, doctor?
Probablemente todos, en algún momento de la vida, hemos estado enamorados de una "ilusión", de esa persona "inadecuada" o tal vez "adecuada", pero no para nosotros. Puede que tú sepas de que hablo. Puede que conozcas el sabor amargo del desamor. Las historias siempre se repiten, sólo cambian los protagonistas...
Hoy ha llegado a mí este escrito. Desconzco su autor. Podría ser perfectamente yo o quizás tú quien lo escribiera. Quiero compartirlo con vosotros mientras "me golpeo" tres veces el pecho (jeje)
UTOPÍA DEL CORAZÓN AGOBIADO, ingenuidad de quien pretende ya no sufrir, de quien ya no aguanta: opiáceo, escape. El desamor desesperadamente. Si quererte implica tanto dolor, tanta ansiedad, tantas migrañas e insomnios, deseo no desearte, quiero no quererte. Añoro la posibilidad de no amarte, de arrancarte como una espina clavada en mi ego: de eso se trata, alivio de la aversión. Amar el desamor, el sueño de todo amante rechazado, la amnesia que suplica el doliente, deshacer lo que se hizo mal. La tecla mágica, un clic, y que todo se apague, salirme del programa para siempre. Un virus, ¡Por qué no! Que se enquiste en mi cerebro y detener esta pasión, que no es otra cosa que padecimiento. En otras palabras: necesito desenamorarme
¿Qué hago, doctor?
¿Anestesiar el corazón? No, no es posible. ¿Eludir el amor cuando la flecha está clavada? Ya es tarde. ¿Eliminar el sentimiento por decreto, con sólo proponérmelo? Pura ilusión. No puedo anular el efecto de un sablazo. ¿Qué hacer entonces? Arrojo, audacia en grado extremo. Dejarte aunque me duela. Hacerte a un lado queriéndote, cambiar el dolor de tu presencia por el dolor saludable de tu ausencia definitiva. Hacerte a un lado como un adicto lo hace con la droga o un alcohólico con la bebida: autocontrol, autorregulación limpia y ascética. ¿El motor, la motivación? Pura supervivencia: me hace daño quererte. Te dejo porque tengo que hacerlo, no porque no te quiera sino porque no me convienes. No me viene bien tu amor, altera mi humanidad, me hunde, no crezco como persona, mi potencial se opaca. Por eso no voy a esperar a desenamorarme para dejarte, voy hacerlo ahora, pese al amor que todavía siento.
No se trata de negar lo que siento sino de no verte, de no entrar a tu territorio, de no ceder a la tentación de los sentidos, de no estar allí donde no debo estar. Un toque de dignidad, un alegato al suicidio. ¿Habrá algún hecho amoroso más cruel y cursi que Romeo y Julieta? ¿Amor incondicional, total, radical? Existen pocos, y no es el mío.
No soy capaz de retirarme de tu lado de manera razonada y razonable, con la imperturbable tranquilidad budista, con la templanza de un espíritu educado en el estoicismo. Lo mío es una tromba, un cúmulo de irracionalidad desordenada que deja por fuera todo vestigio de inteligencia. ¿No habrá una terapia aversiva, doctor, como en la “naranja mecánica”, donde yo pueda sentir asco por él, fastidio esencial ante su presencia, ganas de vomitar, sensación de muerte? La respuesta es: No.
Dureza de una realidad que se impone. No hablo de amistad, del amor amigo que siempre es apacible y correspondido, sino de la apetencia, del deseo, del sentido de posesión, del apasionamiento que nos determina y nos despoja de toda lógica. Ayúdeme, doctor, a que la “cocaína" no me guste. Muy difícil, por no decir imposible. ¿Pero el amor es una droga? A veces funciona de manera similar. Un sinnúmero de personas sufren de adicción afectiva y son incapaces de renunciar al amor cuando deben hacerlo.
DESENAMORARSE A VOLUNTAD… quimera, facilísimo. En algunas subculturas árabes el hombre puede separarse de la mujer con solo golpearse el pecho y decir tres veces consecutivas: “Me separo de ti”. Así de sencillo. Pero no dicen: “Me desenamoro de ti”. Nadie posee esa magia, ese poder.De manera similar, no podemos enamorarnos a voluntad de cualquier persona. Quizás sea posible crear las condiciones para que el amor florezca o incrementar las probabilidades para que se manifieste, pero traerlo intencionadamente de la nada es ilusión. Nadie duda de que hay personas de las cuales podríamos enamorarnos si se dieran ciertas condiciones y tampoco dudo de que podrías desenamorarte de cualquier amor enfermizo si te alejas lo suficiente para que el tiempo limpie poco a poco los resabios de ese amor sufriente. En otras palabras: autocontrol, tenacidad, disciplina, y esperar luego a que el universo se encargue de los detalles.
Autor desconocido
Comentarios
Saludos
Besicos
Si alguien tiene alguna pista sobre este anónimo, que me dé su messenger. Prometo buen pago.
;)
PD: No hay nada como reirse un poquitín de nuestras miserias. No cambiaremos nunca Fantasía. Esto es una condena, jajajaajjaja...
El amor y el desamor son sentimientos indivisibles divididos por una estrecha y frágil línea que los sustenta y que una suave brisa los decanta".
Besitos con amor.
Ahh por cierto....
Siempre se aprende algo nuevo contigo querida Fanta de naranja, a partir de ahora cuando vea a alquien golpeandose el pecho a lo tarzan ya sabre cual es el motivo.
Mira que esto del amor es complicado, ya podía llevar instrucciones, pero...
Ya que es muy, pero que muy complicado desenamorarse, lo mejor sería no enamorarse, pero...
Ufff.
Por cierto, si tenías un gato, podrías colgar alguna foto...
Un besazo.
Un beso
Te abrazo, mucho.
MentesSueltas
Besos desde el agua
¿Crisis, qué crisis?
Los ricos también lloran
A veces he pensado q poner distancia es bueno,pero para q?, si te alcanza estes donde estes,no sé, es un tema muy complejo.
Besos
the-misty-night.blogspot.com
gracias, por cierto bonito blog