Obligado Recogimiento


Según la RAE,

CONFINAMIENTO:
Pena por la que se obliga al condenado a vivir temporalmente, en libertad, en un lugar distinto al de su domicilio.

RECOGIMIENTO:
Acción de recoger o recogerse.

En la vida espiritual la palabra recogimiento se refiere a un estado peculiar de dominio de sí. Es una cualidad del alma, un hábito, que facilita a la naturaleza a actuar según la armonía en que fue creada por Dios (llámese “X”).

Y entonces sí resonó algo dentro de mí, se acomodó el término que define, para mí, esta etapa que estamos viviendo, que estoy viviendo, porque la una no puede ir si no es de la mano de la otra: Obligado recogimiento.

Y este obligado recogimiento servirá de ejercicio de introspección para conectar con mi interior, para reconectar conmigo misma y preguntarme quién soy yo en realidad.


Todo cambia, nada permanece”, que diría Heráclito. Y estamos en pleno proceso de cambio… y aparecen las resistencias, los miedos, tal vez se camuflen y se muestren con la cara del enfado, de la rabia y la ira y busquemos culpables para vaciarnos y sentirnos un poco mejor. Algo se ha roto. Como se rompe el silencio en la noche. Una palabra a destiempo, una decisión equivocada, la vida puede cambiar en un instante. Esta situación que estamos viviendo nos genera incertidumbre, temor por lo que vendrá, por lo que ya está aquí. Se hace difícil aceptar lo que está pasando, nos cuesta un esfuerzo sobre humano entender que no se pueda hacer más, más rápido, mejor… Nunca es buen momento para morir, éste el peor de todos los escenarios.

Ya no se trata de colores, ni banderas, ni de buscar culpables, es algo humano; es la reacción a un peligro inminente, es una de las emociones más básica: el miedo. Y el miedo cumple su misión principal: sobrevivir.

Como decía, este obligado recogimiento invita a la reflexión. Y aunque parezca que el mundo se haya detenido para unos, para otros es de máxima ebullición. 

El universo busca siempre su equilibrio armónico.





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