"Habla para que yo pueda conocerte..." Sócrates
Alejandra caminaba con su padre cuando éste, de
repente, se detuvo en una curva del camino. Después de un breve silencio le
preguntó:
– Además del cantar de los pájaros, ¿qué oyes
Alejandra?
La niña paró, aguzando sus oídos. Después de unos
segundos respondió:
– Papá, estoy oyendo el ruido de una carreta que se
acerca.
– Muy bien – respondió su padre -. Tienes razón, se
está acercando una carreta vacía.
Alejandra, asombrada, preguntó a su padre:
– ¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la
has visto?
Entonces el padre respondió:
– Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía,
por el ruido que hace. Cuanto más vacía está la carreta, mayor ruido hace.
Alejandra se convirtió en adulta y, siempre que veía
una persona interrumpiendo una conversación y hablando demasiado de sí misma,
de forma inoportuna o violenta, o presumiendo de lo que poseía o sabía, tenía la
impresión de oír la voz de su padre diciendo:
"Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace"
Comentarios