Trascendiendo
Apenas unas semanas para terminar un año que empezó ayer. Siempre por estas fechas me gusta hacer balance del tramo recorrido. Cierto es que no voy a ningún lugar y que no he realizado ningún trayecto, pero ya me entendéis, hay caminos que no necesitan ser recorridos para avanzar en ellos.
El otro día un buen amigo me preguntaba si había “trascendido”. Él a veces me llama en esos momentos en los que él lo está haciendo e intenta compartir conmigo su experiencia. ¿Y qué es trascender? Según la definición literal de la palabra quizás sea ir más allá de los límites, o averiguar algo que estaba oculto, yo prefiero el concepto más filosofal que habla de pasar de “dentro” a “fuera”. Lo que vivimos en la experiencia es el conocimiento del mundo y lo trascendente la cuestión sobre si hay algo más fuera del mundo que conocemos.
El otro día un buen amigo me preguntaba si había “trascendido”. Él a veces me llama en esos momentos en los que él lo está haciendo e intenta compartir conmigo su experiencia. ¿Y qué es trascender? Según la definición literal de la palabra quizás sea ir más allá de los límites, o averiguar algo que estaba oculto, yo prefiero el concepto más filosofal que habla de pasar de “dentro” a “fuera”. Lo que vivimos en la experiencia es el conocimiento del mundo y lo trascendente la cuestión sobre si hay algo más fuera del mundo que conocemos.
¿He trascendido?
Hace ya tres años que me fui de la ciudad que me acogió durante tanto tiempo, donde dejé a las personas que más quiero en mi vida, donde quedaron mis amigos y parte de mi familia, donde se gestaron sueños y otros murieron… Allí comencé a mirar “dentro” y a proyectar “fuera”. Mi mayor crecimiento consciente tuvo lugar en tierras aragonesas, allí comenzó la “ebullición”, todo se movió en mi interior y algo me puso en camino. Ese camino me trajo de regreso a mi tierra, a mis raíces, a mi pasado, y curiosamente, lejos de encontrar fantasmas, aquí se disiparon. Las cosas que no estaban funcionando empezaron a hacerlo. Ilusiones renovadas dieron paso a actitudes positivas y efectivas. Mi vida cambió. Me dediqué por entero a mi último “sueño”, ser “educadora social”, y lo he conseguido, tal y como me lo propuse, en tres años. Me siento satisfecha conmigo misma. En este tiempo he sido más “terrestre” que “celeste”, y sí, he echado de menos muchas veces aquellas charlas, aquellos encuentros, aquellos talleres que me ayudaron tanto a “crecer”, aquellas personas que encontré en el camino y que me guiaron, que me enseñaron a mirar. Más de una vez pensé que regresar al lugar de donde partí, era retroceder en el aprendizaje, pero no, nunca se retrocede una vez avanzado, podrás volver sobre tus pasos, pero nunca vacío.
El año termina y con él finaliza un sueño que comenzó hace mucho tiempo. El que me motivó en los últimos cinco años, el que me impulsó a darle un giro a mi vida, el que me ayudó a no flaquear y a creer en mí… clara…
Quiero darte las gracias, tú has provocado el cambio. Has sido el “motor impulsor”, "la fuente de inspiración". Has alimentado mis sueños y renovado mis ilusiones. Me has ayudado a descubrirme. He recuperado, gracias a ti valores, no diré perdidos, pero sí olvidados. Cuando tú y yo hicimos un trato, al que llamamos “proyecto”, y nos dimos un margen para crear las circunstancias para hacerlo posible, no tenía idea de cómo podía llegar a quererte…
El plazo finaliza y no he podido terminar nuestro proyecto. Objetivo no conseguido. No ha lugar, “clara”. Sé que debo tomarlo como lo que es, como lo que dijimos que sería aquel día que firmamos nuestro acuerdo. Intuyo que sólo manifestamos en el plano terrenal lo que está designado para nosotros, así que lo que tenga que ser, sea, pero con mi conciencia limitada me va a costar verlo, me está costando ya decirte adiós…
¿Qué si estoy trascendiendo, querido Eduard? Estoy en ello, estoy en ello…
Hace ya tres años que me fui de la ciudad que me acogió durante tanto tiempo, donde dejé a las personas que más quiero en mi vida, donde quedaron mis amigos y parte de mi familia, donde se gestaron sueños y otros murieron… Allí comencé a mirar “dentro” y a proyectar “fuera”. Mi mayor crecimiento consciente tuvo lugar en tierras aragonesas, allí comenzó la “ebullición”, todo se movió en mi interior y algo me puso en camino. Ese camino me trajo de regreso a mi tierra, a mis raíces, a mi pasado, y curiosamente, lejos de encontrar fantasmas, aquí se disiparon. Las cosas que no estaban funcionando empezaron a hacerlo. Ilusiones renovadas dieron paso a actitudes positivas y efectivas. Mi vida cambió. Me dediqué por entero a mi último “sueño”, ser “educadora social”, y lo he conseguido, tal y como me lo propuse, en tres años. Me siento satisfecha conmigo misma. En este tiempo he sido más “terrestre” que “celeste”, y sí, he echado de menos muchas veces aquellas charlas, aquellos encuentros, aquellos talleres que me ayudaron tanto a “crecer”, aquellas personas que encontré en el camino y que me guiaron, que me enseñaron a mirar. Más de una vez pensé que regresar al lugar de donde partí, era retroceder en el aprendizaje, pero no, nunca se retrocede una vez avanzado, podrás volver sobre tus pasos, pero nunca vacío.
El año termina y con él finaliza un sueño que comenzó hace mucho tiempo. El que me motivó en los últimos cinco años, el que me impulsó a darle un giro a mi vida, el que me ayudó a no flaquear y a creer en mí… clara…
Quiero darte las gracias, tú has provocado el cambio. Has sido el “motor impulsor”, "la fuente de inspiración". Has alimentado mis sueños y renovado mis ilusiones. Me has ayudado a descubrirme. He recuperado, gracias a ti valores, no diré perdidos, pero sí olvidados. Cuando tú y yo hicimos un trato, al que llamamos “proyecto”, y nos dimos un margen para crear las circunstancias para hacerlo posible, no tenía idea de cómo podía llegar a quererte…
El plazo finaliza y no he podido terminar nuestro proyecto. Objetivo no conseguido. No ha lugar, “clara”. Sé que debo tomarlo como lo que es, como lo que dijimos que sería aquel día que firmamos nuestro acuerdo. Intuyo que sólo manifestamos en el plano terrenal lo que está designado para nosotros, así que lo que tenga que ser, sea, pero con mi conciencia limitada me va a costar verlo, me está costando ya decirte adiós…
¿Qué si estoy trascendiendo, querido Eduard? Estoy en ello, estoy en ello…
Comentarios
Besicos
"Clara" termina, pero la vida sigue y en ella hay y habrá mil proyectos más que te alienten a continuar, a crecer, a seguir con esta vida que no es otra cosas que una construcción de proyectos y deseos y de disfrute de los que llegamos a conseguir.
¿Vendrás estas navidades? Me apetece tanto verte...!!
Besos de amor,
besitos
A jardinera: yo también tengo muchas ganas de fundirme contigo en un abrazo, pero no sé cuándo iré, me quedo en unos días de vacaciones, ya veremos qué hago y cómo lo hago. Buscaremos la manera :))
muackkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
A salamalecum: Todo depende de cómo sea la caída jeje
Ya sabes que trascender tiene más que ver con lo cualitativo que con lo cuantitativo ;)
Besitos mil, y esa fiesta no decaerá, claro que no, si al final voy a tener que cambiar mis planes y presentarme ahí!!
Hasta el infinito y más allá.
Voy a aprovechar este espacio para pediros ayuda. He encontrado a una gata y yo no puedo tener más, tenemos 3, así que si de quien pasa por aquí, quisiera una gata o le pudiera dar alojo...
Y de paso, Feliz Navidad y 2010. Un abrazo.
Petons guapa.
Mucha paz para todos
Me pasare mas seguido! Espero verte por mi blog.
Saludos =)
Un abrazo con amor
Mucha suerte.
Viktor Frankl