SERVICIO POSTVENTA


Un día, sin apenas tiempo para la recarga y cansado del prepago, me pasé a contrato. Eso sí, sin permanencia, que soy un alma libre.

No es que necesitara yo mucho. En realidad con unos pocos datos y fibra a mí me es suficiente. Pero ya sabéis como son las compañías, ¡todas te quieren fidelizar!, la mía me ofreció varios servicios gratuitos.

Como la novedad me causa curiosidad y los servicios no tenían ningún cargo, me instalé varias aplicaciones e hice algunos cambios. Pero al cabo de un tiempo tuve que ir desinstalándolas prácticamente todas, ¡me comían muchos recursos! Tenía que estar actualizando cada poco el sistema y no soy yo muy ducho en esto de cambiar, a mí los cambios no me gustan nada, ¡que llevo diez años con la misma compañía!

¡Oye! Que enseguida me dieron el toque: “que por qué me quitaba esos servicios

¡Pues porque no los necesito, mire usted!

Y ahí empezó mi calvario ¡Apunto estuve de irme en varias ocasiones!

En cada llamada, muy amablemente, la señorita me animaba a volver a instalar la aplicación y recuperar los servicios. Cuando le dije que no era nada práctica y que no funcionaba nada bien, me respondió, muy sutilmente, que quizás era yo el que no sabía manejarme y que para eso estaba el “servicio postventa”, para enseñarme.

¿Enseñarme a mí? ¡A mí me va a enseñar ella!

Ya le dije que conozco perfectamente mis necesidades y que yo esos servicios no los necesito. No me dejé engatusar de nuevo y rechacé el bono con más datos que me ofrecía de regalo.

¡Qué no! Que no necesito más datos, ¡que yo soy más de fibra!

-Mire señorita… que yo no tengo permanencia, me pensaré si sigo en esta compañía.

Así que no tuvo más remedio que volver a modificar mi contrato y dejarme como al principio, con los servicios básicos y la oportunidad de flirtear con otras compañías.

Aventuras y desventuras de un consumidor

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Es posible atrapar una nube?

El beso

La Alegoría del Carruaje III